PODCAST
Editorial sobre bibliotecas – Bilbioteca y entrevista con Luis Guillermo Quintero director del Movistar Arena
Editorial
Bienvenidas, bienvenidos, bienvenides. Esto es un nuevo episodio de Cultura Bogotá, el podcast de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte de Bogotá, DC. Yo soy Santiago Rivas, conductor y director de este podcast que hacemos con nuestro productor y editor Gonzalo Rodríguez, que esperamos que disfruten mucho.
Recuerden que estamos en todas las plataformas digitales donde ustedes consiguen sus podcasts, pero además en emisoras comunitarias y también en la emisora CIC, la emisora del Instituto Caro y Cuervo que ustedes encuentran en cicradio.caroycuervo.gov.co
Quisiera empezar este episodio con una editorial. Esta semana, que ha sido una semana bastante agitada, estuve invitado a dos eventos muy interesantes.
Primero, estuve de jurado en un concurso de oratoria y debate en Funza, Cundinamarca.
Segundo, he estado como presentador del Congreso de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas de Colombia, un evento que ha traído a bibliotecarios y bibliotecarias de todas partes del país, de subregiones como el Catatumbo, el Magdalena Medio, la Mojana, el Sur de Bolívar, la Guajira. Bueno, ha sido realmente muy interesante de ver. Y, de ambos eventos, creo que tengo una conclusión que sacar y que me gustaría traerles a ustedes y es la importancia de rescatar viejos formatos.
Y yo creo que esto lo vamos a hablar una y otra vez porque esto me retrotrajo a muchos otros viejos formatos. De hecho, venimos de una conversación que ustedes tuvieron la oportunidad de oír y, si no, por favor, háganlo con la maestra Piedad Bonet, que, entre muchas otras cosas, en el lanzamiento de la convocatoria del Festival Reverso Bogotá, el Festival de Poesía, que va a tener lugar la próxima semana, la primera semana de noviembre, la próxima semana o, bueno, a partir de noviembre, decía que extrañaba que en los colegios ya no les leyeran o les hicieran memorizar poemas a los niños, que ya no los ponían en contacto con la poesía en su estado más, por decirlo de alguna forma, básico.
A mí eso me llamó mucho la atención porque yo soy un fanático, por ejemplo, del fancine, que es un formato viejo, un formato que uno creería que es obsoleto, pero que está más en boca que nunca, que es más pertinente que nunca porque la serialización, la hiperserialización, la hiperdigitalización, la inteligencia artificial hacen que estos formatos se vuelvan cada vez más vigentes en espacios en los cuales se busca resistir el influjo, precisamente, de esa inteligencia artificial.
Me parece interesante porque, por ejemplo, en un concurso de debate y de oratoria para muchachitos que están entre los, no sé, 12 a 17 años, pues es un momento en el cual uno tiene que volver a pensar sobre pensar, volver a pensar sobre la importancia de pensarse las cosas que uno dice, las cosas que uno está dispuesto a opinar en un mundo en donde tenemos plazas públicas, entre comillas, abiertas a, entre comillas, todo el mundo, en donde, entre comillas, todo el mundo está llamado a opinar y a dar su punto de vista, donde uno casi que está obligado a participar de la opinión general sea en contra o en donde la gente se siente obligada a dar sus, entre comillas, opiniones impopulares.
La idea de poderse sentar y pensar muy bien los argumentos, esté uno de acuerdo o no, que eso ya después es otro asunto, nos muestra, primero que sí se puede decir que sí existen espacios en los cuales uno podría jalonar estos procesos de pensar antes de hablar, pensar antes de redactar, pensar antes de argumentar, y segundo, nos pone de cara también al altísimo nivel de desinformación al que están sometidos no solamente nuestra juventud, sino en general todos nosotros, estamos nadando en desinformación, muchos de los argumentos en los debates eran argumentos falaces, pero que eran argumentos sistémicamente falaces, es decir, eran tropos de la conversación general que se recogían por ahí, muchos de ellos obviamente lugares comunes, pero eso es un proceso de aprendizaje, empezar desde la adolescencia, sin un teléfono que esté mediando ese proceso, sin estar uno metido en la constante garrotera, en la constante pelotera, no porque la garrotera es del chavo o del ocho, pero en la constante pelotera de discutir contra los trolls y contra los amigos y los enemigos y los que le caen uno mal, de estar acudiendo a todo tipo de falacias, simplemente porque uno está en una especie de combate por el debate eterno, pues es refrescante, y fue muy refrescante, y agradezco muchísimo que me hayan llamado a hacer este trabajo, porque realmente fue muy interesante, y ahora ver este impetu de bibliotecarios y bibliotecarias que están en lugares muy apartados del país, muchos de los cuales están relacionados con comunidades vulnerables, muchos de los cuales tienen bibliotecas itinerantes, muchos de los cuales viven en ciénagas, en donde hay que caminar entre el fango, literalmente, para llegar a sitios, cosas que son impensables, en Bogotá, bueno, en la mayoría de los sitios de Bogotá, porque de verdad uno nunca sabe en esta ciudad, bibliotecas que pertenecen a barrios, obreros y a barrios de una altísima vulnerabilidad, que tienen proyectos que son quijotescos y que buscan impulsar el contacto con la comunidad, me hace pensar que la biblioteca está más vigente que nunca, y lo digo no solamente porque las bibliotecas son importantes en general, y porque Bogotá tiene una red de bibliotecas hermosas, buenísimas, amplias, dotadas de cualquier cantidad de cosas fantásticas para participar, sino porque en general una biblioteca es una comunidad, o es la oportunidad de una comunidad, y esas oportunidades no podemos desaprovecharlas, tenemos que aprovechar la oportunidad de generar una comunidad, y por eso son tan importantes las bibliotecas, y por eso el llamado que yo hago hoy es a rescatar esos nuevos formatos viejos, esos nuevos espacios viejos, que a veces se piensa que, como la gente siente que ya tiene el mundo entero, la biblioteca entera de Alejandría en su bolsillo, tiende a despreciar estos espacios, pero hay mucha otra gente que no, hay mucha otra gente que ya sabe, hay mucha otra gente que ya descubrió, o redescubrió ese valor fantástico del contacto cara a cara, del contacto con lo humano, y pues bueno, eso es exactamente lo que yo quería rescatar en el editorial que salió un poco largo, por favor sepan disculpar, en el episodio de hoy.
ENTREVISTA A LUIS GUILLERMO QUINTERO
Continuamos con una entrevista que le hice a Luis Guillermo Quintero, el director de la arena Movistar, me llamaron a ver si quería entrevistarlo, y a mi me pareció muy interesante ir a preguntarle qué hace el director de uno de los venius, una de las arenas más grandes, si no es en este momento la más relevante en la ciudad, y pues bueno, yo quería ver qué se viene para el futuro, qué le ha gustado, qué no le ha gustado, esta es la entrevista con Luis Guillermo Quintero.
Bueno, empiece por favor por presentarse, nombre y oficio.
Luis Guillermo Quintero, gerente general del Movistar Arena.
Lo primero es, hágame por favor un balance, cómo siente usted que han sido estos años desde la inauguración de la arena Movistar, años en que ha sido además de uso frecuente, o sea, es una arena de verdad de alto tráfico.
Luis Guillermo. De alto tráfico, tal cual. Pues gracias por el espacio Santiago, mira, son seis años que se han pasado tan rápido, uno dice seis años es mucho tiempo, pero en realidad esto ha pasado demasiado rápido. Yo llevo casi ocho años, empecé desde la construcción, y cuando estábamos construyendo o remodelando, pues nunca me imaginé el resultado tan positivo que fuera tener el Movistar Arena en tan poco tiempo.
¿Y por qué te digo eso? Es porque pues llevamos seis años, como bien lo mencionabaste, pero seis años donde hemos hecho casi 500 eventos, y donde hemos traído conjuntamente con los promotores y nuestros clientes, más de 600 artistas. Hay pruebas latentes de que este es un sitio que agrega valor al entretenimiento con artistas que nunca venían a Colombia. Un Andrés Riu, por ejemplo, lo que vino en el 2019 cuatro veces y volvió a repetir otras cuatro. Eso significa que, uno, pues creció su audiencia, pero dos, es que para el tipo de show que él presenta, pues la arena le hace un fit 100% a lo que él quiere.
Y como Andrés Riu te puedo nombrar otros tantos que nunca habían pasado por Colombia y que dijeron, venga, esperemos en Colombia, hay un recinto recién inaugurado . . .
Transcrito por TurboScribe.ai.