Funcionarios de la Administración local comprometidos con la juventud de Rafael Uribe Uribe Foto: Jairo Patarroyo M.
La ley estatutaria 1622 de 2013 con la cual se establece el estatuto ciudadano juvenil, pretende una participación efectiva de los jóvenes a construir una política pública de juventud y mecanismos que le permitan tener una incidencia real en los órganos nacionales y territoriales de decisión.
La PPJ es una herramienta que brinda lineamientos específicos para atender la población joven dentro de un territorio, lo que implica un proceso de construcción basados en un marco referencial o leyes que la rigen. Un marco contextual, el cual se remite a un territorio y sus características con una población. También existe un marco conceptual donde se necesita identificar la mirada o proyección de los jóvenes donde se construye o se actualiza la Política Pública de Juventud.
La política pública de juventud 2018 – 2030 del alcalde Enrique Peñalosa pretende beneficiar alrededor de dos millones de jóvenes en Bogotá, dando cumplimiento a lo establecido en el Plan de Desarrollo “Bogotá Mejor Para Todos”, a través del proyecto estratégico “Distrito Joven” del Pilar “Igualdad de Calidad de Vida”, en el que la Secretaría Social del Distrito, asume el reto de formular e implementar la nueva Política Pública de Juventud ampliando las capacidades y oportunidades de los jóvenes para mejorar su calidad de vida.
Durante los encuentros se pudieron detectar varias falencias que tienen implicación directa en la convivencia de los jóvenes, como la falta de oportunidades laborales, escasas medidas frente al consumo de sustancias psicoactivas, la inseguridad y la poca participación juvenil fueron los problemas más recurrentes detectados en las 39 mesas con población diferencial en Bogotá, 67 territoriales, 116 encuentros de diálogos con parches colectivos y organizaciones juveniles
A lo anterior se suma la discriminación juvenil como el problema más frecuente con la población diferencial. Esta población dio más importancia a la educación y la inclusión productiva, paz convivencia, seguridad y justicia.
La otra población de jóvenes priorizaron acciones de paz, educación, salud integral y autocuidado, ambiente y espacio público, cultura, recreación y deporte.
En el aspecto referente al apoyo de las instituciones nacionales y distritales para la construcción de sus proyectos de vida, reconociendo la importancia en sus nuevos modelos de participación, promoviendo una educación con calidad, respetando los intereses personales, priorizando el desarrollo artístico y cultural y abriendo espacios para permitir la vinculación laboral teniendo en cuenta la innovación y el emprendimiento.
Karen Triana, joven líder desarrollando procesos de la Localidad Rafael Uribe Uribe. Foto: El Escorpión
El proceso general se articula en seis dimensiones: el primero es paz, convivencia, seguridad y justicia, refiere a la convicción del respeto frente a las amenazas y violencias que pudieran atentar contra su seguridad y la de sus bienes.
La segunda dimensión refiere a la educación de calidad e inclusión productora. Mediante ésta, se obtienen habilidades y capacidades para la vida permitiendo el tránsito hacia un mundo laboral productivo.
Tercera Dimensión del joven, reconoce el potencial que enmarca la juventud, sus talentos, el acceso a la información, la participación, la movilización para contribuir a su desarrollo.
Cuarto Salud integral y autocuidado. Es importante el reconocimiento de la comunidad juvenil para desarrollar los bienes y servicios sociales, para mejorar las capacidades personales, familiares y comunitarias, para promover la salud y el cuidado propio y el de los demás.
Quinta dimensión es la cultura y el deporte: requiere innovación, diversidad, creativa y activa físicamente para expresar sus actividades culturales y deportivas y para ampliar su buen estado físico y mental
Y por último, la dimensión de Ambiente y espacio público, requiere de una autoconciencia sobre los hábitos y costumbres diarias que impactan el ambiente del espacio público y mejorar así la calidad de vida para construir una nueva ciudadanía.
Con estas herramientas teóricas y metodológicas se pretende construir territorios incluyentes para los jóvenes.