Recientemente llegué de un viaje de tres meses a EEUU. País reconocido por las maravillosas creaciones y desarrollos tecnológicos, nada más ni nada menos que el primer hombre en la luna, el proyecto Manhattan, el Ford modelo T y muchas otras obras que constituyeron revoluciones tanto a nivel técnico como social, han ubicado a esa nación como un actor activo en el área del progreso humano. Qué también ese progreso tuvo un costo terrible para las naciones subdesarrolladas que proveyeron las materias primas para hacer posible estas creaciones, no hay duda, pero ese será el tema de otro escrito.
Siendo imposible ignorar las singulares características de esta potencia dominante y sumándole el hecho de estar viviendo y experimentando en primera persona esa abundancia de bienes y servicios de todo tipo, costaba entender cómo era posible que sucedieran los hechos del mes de febrero en el estado de Texas.
La noche del jueves 11 justo antes de ir a dormir aparecieron en redes noticias de un choque masivo en una carretera en dicho estado cuyo número de automóviles involucrados, aumentaba a medida que avanzaba la noche. Fue a la mañana siguiente cuando nos enteramos que eran más de cien vehículos siniestrados y que semejante contingencia fue provocada por una ola gélida que en la noche convirtió la carretera en una pista de hielo para los vehículos. Esto marcó el preludio para lo que sucedió días después.
La semana anterior al día de San Valentín (del 9 al 15) ya había sido una semana particularmente fría en una gran área de Texas. A medida que el fin de semana se acercaba el pronóstico del clima dejaba claro que la siguiente semana (del 16 al 22) iba a ser extraordinariamente fría. La agencia de regulación de energía para esta región ERCOT preveía una alta demanda energética para este periodo. Así que cancelaron y demoraron las aprobaciones de interrupción de operaciones en las centrales que se tenían programadas -por motivos de mantenimiento o protocolos- para tener a disposición el mayor número de plantas en servicio anticipándose a lo que se venía. Paralelamente ordenaron a las empresas suministradoras de gas que incrementaran la prioridad de entrega del combustible a las plantas generadoras. A su vez se le comunicó al departamento de energía de los Estados Unidos que se emitiera un permiso temporal que permitiera a dichas plantas excederse en el límite de emisiones establecidas por la agencia de protección ambiental EPA durante los picos más altos de demanda.
Como se puede observar los responsables del suministro eléctrico estaban esperando una situación excepcional y estaban preparándose, aunque no lo suficiente. Cuando la tormenta helada llegó desde el norte, rompió récords en varias categorías. El estado entero se encontraba a 15C° por debajo de lo normal. Se registraban las temperaturas históricamente más bajas en muchos pueblos y ciudades. Una gran porción del estado estuvo durante siete días con temperaturas por debajo del punto de congelación.
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Para el día Domingo 16 el sistema energético de Texas ya tenía un cuarto de sus instalaciones fuera de servicio. De estas, la mitad eran plantas de gas y la otra mitad era eólicas. Aun con esta ausencia, el estado de Texas satisfizo la demanda completa de los millones de personas que se mantenían con sus calentadores al máximo de potencias para mantenerse calientes. A medida que el tiempo avanzaba iba volviéndose evidente que sería imposible cubrir la demanda. Una por una, las plantas de generación iban quedando desconectadas de la red. Es oportuno mencionar que, por las cualidades del clima de este estado, la mayoría de la gente no contaba con ropa adecuada para soportar temperaturas tan bajas y en algunos hogares ni siquiera contaban con equipos de calefacción, situación que se dio para que las personas usaran el automóvil como refugio, con el riesgo de inhalación de gases tóxicos, que como se vería después fue la forma en que murieron un número significativo de las víctimas en esta tragedia.
Texas tiene un abanico grande de plantas generadoras; 46% Gas, 25 % Eólica, 18% Carbón, 11% Nuclear. Los pozos de extracción de gas y las tuberías por donde es transportado son vulnerables a las temperaturas bajas, puesto que el vapor de agua que arrastra el gas en su camino se congela, solidificándose al interior de la tubería y por ende obstruyendo su paso. Para completar, muchas de las vías terrestres se encontraban inhabilitadas imposibilitando el acceso de los técnicos y operarios a las instalaciones. Y, como ya nos había advertido un filósofo alemán; para el capitalismo la libertad significa libertad de comercio, libertad para vender y comprar lo que sea, al precio que mejor convenga. Sin agua durante días, los residentes derretían la nieve para saciar la sed, los precios del agua embotellada se duplicaron en una noche. Los precios en las tiendas de comestibles se dispararon en medio del aumento de la demanda, mientras que las tiendas sin electricidad se vieron obligadas a desechar los productos perecederos. Inmediatamente las empresas vendedoras de gas aprovecharon la demanda para subir el precio -100 veces el valor normal- del combustible. Con las plantas generadoras compitiendo con los hogares residenciales que usan el gas para calentarse, les resultaba inviable producir energía con ese precio del gas. Siendo EEUU es el principal productor de gas natural del mundo, -superior a Rusia- valla paradoja.
No solo las plantas generadoras por gas tenían problemas. Las turbinas eólicas se congelaron, los paneles solares estaban cubiertos de nieve, inclusive una de las cuatro plantas nucleares del estado sucumbió por problemas por el abastecimiento de agua. Texas se quedó con la mitad del suministro energético durante el mayor pico de demanda de toda su historia. A su vez, la red eléctrica de Texas se encuentra aislada del resto del país (fig. 2), negando la posibilidad de recibir energía de un estado vecino, esto por la incompatibilidad en la frecuencia.
Sin ninguna otra opción, solo quedaba una salida para mantener el suministro y la demanda en sincronía; desconectar secciones de la red eléctrica para reducir la demanda en el sistema, priorizando circuitos críticos como la salud, aeropuertos, edificios gubernamentales, centros de vacunación, etc. Secciones que no son otra cosa que personas que estaban combatiendo el frío calentándose con hornos eléctricos. Este fue el detonante del periodo más crítico para el sistema eléctrico. Al retirar secciones activas de la red, se generó una caída en la frecuencia, alcanzado el umbral máximo permitido. Las plantas eléctricas están diseñadas para apagarse automáticamente si la frecuencia cae por debajo de 59.4 Hz por más de 9 minutos. Faltaron apenas cuatro minutos y treinta y dos segundos para que Texas sufriera un colapso energético total. Recuperarse de un evento como este, hubiese durado meses, siendo necesario inspeccionar, reparar o reemplazar secciones completas.
Lastimosamente esta no es la primera vez que Texas sufría una situación similar. En diciembre 1989 un fenómeno climático idéntico, causó el mismo problema en las plantas de gas. También en el 2011, y en ambas oportunidades las entidades correspondientes, recomendaron a todas las empresas del sector energético, garantizar la fiabilidad en condiciones climáticas extremas, incorporando estándares de acondicionamiento para el invierno. Lo cual se hizo, pero los estándares quedaron en calidad de voluntario cumplimiento. Así que sin ningún incentivo para cumplir los estándares la mayoría de las empresas los incumplió.
La siguiente gráfica de la agencia estadounidense NOAA (National Oceanic and Atmospheric Adiminitration) plasma los costos económicos de los desastres naturales durante los últimos cuarenta años. El color naranja cuantifica las repercusiones monetarias causadas por tormentas, en amarillo están resaltadas las de Texas en 1989 y 2011 mencionadas anteriormente. Es evidente cómo estas cuantiosas sumas aumentan año tras año, pareciera que la civilización perdiera su capacidad de protegernos de las inclemencias del clima.
Siguiendo con los costos -pues son tan determinante en el transcurrir humano como la pulsión de muerte o vida- las compañías de seguros estiman que reparar todos daños provocados por la tormenta invernal, costará alrededor de 20 Billones de dólares. Por la magnitud de esta cifra a los que no somos multimillonarios nos cuesta entenderla, así que toca contrastar con algo que tenga un valor similar. La misión Apolo, que logró el aterrizaje de los primeros humanos en la luna, costó en su tiempo 25 Billones de dólares.
En la actualidad más de 150 empresas privadas ofertan energía en Texas, supuestamente compitiendo entre sí en provecho de los consumidores. Cabría preguntarse ahora ¿Por qué no arreglaron esto antes o eran costos muy grandes para las compañías suministradoras de energía? Pues no. La preparación para el invierno de una planta de gas costaría el 1% de su costo total, y una turbina eólica equipada para soportar temperaturas gélidas, cuesta un 5% más que las que carecen de dichos dispositivos. Pero esta decisión de no preparar las plantas les costó a los usuarios 50 Billones de dólares en solo 5 días, cuando la semana anterior apenas pagaron 4 Billones por el servicio. Bajo estas condiciones no es de extrañar porque el director financiero de una empresa de gas se jactó ante los accionistas de su aumento vertiginoso diciendo: “Esta semana fue como haberse ganado el premio mayor”. Y mientras esto sucedía, el grueso del planeta estaba obnubilado por el maravilloso aterrizaje del rover Perceverance en la superficie marciana. Particularmente nuestro país sacaba pecho por una ingeniera colombiana, que además de participar en el diseño del robot, fue la encargada de narrar el aterrizaje en español. Contradicciones estas de un mundo en el que la técnica nos ha dado las herramientas para posibilitar los viajes espaciales, pero nuestro sistema político aún permite que en pleno siglo XXI en el país más desarrollado del mundo, la gente muera por hipotermia, intoxicación con gases de combustión, accidentes de tránsito, ahogamiento e incendios de sus viviendas, producidos por una recurrente tormenta glacial.
Imagen 1: https://www.weather.gov/hgx/2021ValentineStorm
Imagen 2: https://www.youtube.com/watch?v=08mwXICY4JM
Imagen 3: https://www.youtube.com/watch?v=Zcrsgdl_hP0
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