Resumiendo este histórico 19 de junio, día en que el presidente IVAN DUQUE irresponsablemente decretó el día sin IVA y la gente igual de irresponsable se abalanzó desaforadamente hacia esa trampa mortal de la aglomeración y el contagio.
Lo importante aquí no es el presidente y sus normas decretadas porque ya sabemos como actúan ellos, resaltamos es la ceguera de los consumidores que como borregos van al matadero en pleno pico de pandemia, mostrando su actitud servil y hasta ostentosa de comprar lo que muchas veces no se necesita.
Una vez más vemos como el fetiche de la mercancía otorga un valor más allá de su uso, imponiéndose la lógica de las cosas sobre la lógica humana, perpetuando así un sistema económico dominante de los cuales son sus esclavos con el consumismo.
No se ha aprendido la lección en este obligado confinamiento que nos invitaba a reflexionar no solo sobre la crisis, sino sobre la vida misma. No se configuró lo esencial y lo anodino durante la pandemia que aún continúa. No se ha aprendido la lección, por lo tanto se sigue en esa ignorancia mórbida que conduce a una servidumbre hacia nuestros dirigentes mediocres y corruptos cuyos intereses personales están muy alejados de los intereses colectivos, dejando pueblos huérfanos de gobiernos justos. En esta tendencia no vamos a tener un mundo mejor, vamos a tener un mundo peor y con mayores problemas económicos, más racismo, más ataques a las personas que poco tienen y reclaman, más egoísmo, más tendencia a la guerra.
Esta reactivación de la productividad ridícula que significó el día sin IVA, ¿a quién beneficia verdaderamente más que a los grandes capitales? Porque aquellos que proclaman la reactivación de la productividad y de la economía, no tienen en cuenta los pequeños negocios de barrio del que dependen 4 y 5 familias, no les interesa la gente, el pueblo. Lo único que les interesa es que gasten que consuman, así que mientras la gente se atiborraba para endeudarse, no aprendieron conscientemente, que lo peor está por venir.
Pero, ¿cómo superar este consumismo que no solo consume el planeta sino a nosotros mismos? Para superar estas ansías de consumo, es necesario que la sociedad dirija su atención a cosas más importantes (ejemplo la educación, salud) porque nos han estado vendiendo todo lo que no nos hace falta, hay que producir para la vida y no para las cosas.
Para terminar mi breve y caótica forma de pensar, les dejo una frase del caricaturista matador “los colombianos somos pendejos asintomáticos”
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En la sociedad de consumo, la felicidad es un concepto asociado a la tenencia material de un bien, que hace parte de la alienación del consumidor. El no ve riesgo, ni peligro alguno, sino que actúa por instinto sin entender que el virus es como una lotería y mediante la compra, adquirió muchas oportunidades de ganar este premio siniestro del Covid-19.