La parte rusa tacha de «hipocresía» justificar el ataque contra Siria, cuando la situación en el país árabe ha empezado a normalizarse.
Fuente RT
Como base legal para su ataque a Siria el Reino Unido ha utilizado el concepto de «intervención humanitaria«. El mismo «concepto fue promovido activamente por Occidente en la década de 1990 y ha sido rechazado por la comunidad internacional. Por ello, no puede servir de base legal para cualquier uso de la fuerza, incluido el reciente ataque a Siria», ha indicado la Embajada rusa en el Reino Unido en su sitio web.
«El derecho internacional solo permite usar la fuerza en defensa propia o en virtud de un mandato del Consejo de Seguridad«, ha explicado la Embajada.
El hecho de que el Reino Unido se refiera a la «intervención humanitaria» es un reconocimiento directo de la ilegalidad de los ataques aéreos, ha indicado la parte rusa.
La esencia del razonamiento británico del ataque al territorio sirio «es que toda la comunidad internacional reconoce que un ‘nuevo’ ataque químico en Siria es inminente y que solo los ataques aéreos podrían evitarlo. Sin embargo, por no hablar de un nuevo ataque, la comunidad internacional no está convencida de que un ataque químico tuvo lugar en Duma, y quiere ver los resultados de la investigación en curso de la OPAQ», han indicado desde la legación rusa en Londres.
La parte rusa ha subrayado que «es una hipocresía, como mínimo» justificar el ataque a Siria bajo el pretexto de que ‘no existe una alternativa viable al uso de la fuerza para salvar vidas’, mientras que los observadores internacionales están llegando a Damasco y el Gobierno sirio, y gran parte de la oposición, se están moviendo hacia la creación de un comité constitucional para poner fin a la guerra.
«Hay que añadir que hoy, hablando en el (programa de televisión) ‘Andrew Marr Show’, el ministro de Asuntos Exteriores, Boris Johnson, admitió que el ataque no fue realizado para salvar vidas o prevenir que el presidente Assad ejecute nuevos ataques químicos, sino que simplemente debe ser visto como un ‘mensaje’«, ha subrayado la parte rusa.
«Vamos a dejar los detalles legales a los abogados. Pero no se necesita una profunda experiencia para ver que se trata de un ataque con un pretexto falso, una base legal falsa y un motivo falso», ha concluido.
Un ataque sin pruebas
La semana pasada, Occidente acusó al Gobierno del presidente sirio Bashar al Assad de haber perpetrado el 7 de abril un ataque químico en la ciudad de Duma (Guta Oriental), tras aparecer reportes no confirmados sobre esa supuesta acción.
El Consejo Ejecutivo de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ, por sus siglas en inglés) anunció que emprendería una investigación independiente el 14 de abril, pero el bombardeo a Siria por parte de EE.UU., Francia y el Reino Unido fue realizado antes de que la misión llegara al terreno. El presidente Donald Trumpordenó el ataque sin autorización del Congreso de su país ni la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU.
Hasta ahora no ha sido presentada ninguna prueba que confirme el supuesto ataque químico. El embajador ruso en Naciones Unidas, Vasili Nebenzia, destacó ante el Consejo de Seguridad de ese organismo internacional que en los hospitales de Duma no hay pacientes con síntomas de intoxicación ni hay pruebas de suelo que delaten el uso de sarín o cloro.
Además, los servicios rusos de seguridad química y radiológica viajaron al supuesto lugar del incidente, pero «no se encontraron personas tratadas por intoxicación química», informó la embajada de Moscú en Londres a través de un comunicado.
El 13 de abril, el ministro de Exteriores de Rusia, Sergéi Lavrov, afirmó que Moscú tiene «datos irrefutables» de que el presunto ataque químico es «una nueva puesta en escena y en ella participaron los servicios secretos de uno de los Estados que se desvive por estar en la vanguardia de la campaña rusófoba».
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