Cuando los corruptos no pagan sus delitos y hay un gobieno cómplice que los premia con altos cargos desde Ministerios, Consejerías etc. ¿Que más queda por hacer?
Gracias a las redes sociales, muchas cosas se descubren.
La reconstrucción de un hecho para la reconfiguración total de una tal verdad, ya no está en manos del implicado y de un círculo cerrado; de ahora en adelante el pueblo tendrá el derecho de juzgar, de decir la verdad, de oponer la verdad a sus propios señores, de juzgar a quienes los gobiernan. (Foucault, 1994a).
Cuando la corrupción transita libre y dignamente en los altos cargos del gobierno , vale la pena traer un informe con la certeza de que existe una previa investigación que asegura una verdad para publicar.
Así pues, William Restrepo periodista de Pereira presenta un informe desde el espacio de los comités cívicos contra la corrupción en Risaralda y la red de veedurías de Colombia RED VER.
El ministro Villegas a comienzos de la década del 2000 estaba al frente de la corporación Financiera de Occidente y la manera como fue liquidada, aparentemente favoreciendo a familias muy poderosas económicamente,
“Son comportamientos por lo menos sospechosos conexplicaciones nunca dadas y silencios absolutos, el presente se descompone y la magnitud de los errores o delitos se agigantan; por lo tanto las generaciones debe de ocuparse de devolver a su origen los cadáveres insepultos que el sentido común nos impide siquiera intentar olvidar.”
El personaje es el actual Ministrico de Defensa (como lo llama William Restrepo) Luis Carlos Villegas, también hoy gerente para la reconstrucción de Mocoa en el Putumayo, el mismo que se quiere llevar el batallón San Mateo para la Virginia y construir mas de 8 mil viviendas en el lote de propiedad de los pereiranos.
En el año 2001, el gobierno de Andrés Pastrana ordeno la liquidación de todas las corporaciones financieras del país en un cambio de operaciones que duro muy poco tiempo. Luis Carlos Villegas era el director ejecutivo y presidente de la Junta Directiva de la CORPORACIÓN FINANCIERA DE OCCIDENTE.
Para entonces la familia Cárdenas Santamaría padre del actual Ministro de Hacienda habían hecho un prestamos de 3 mil millones de pesos, igualmente y sin mayores requisitos, el ex-ministro de Comercio Exterior Morris Harf Meyer había conseguido otro de 5 mil millones de pesos y la familia Piraquive de la meseta cundiboyacense otro de mil millones, todos ellos avalados y aprobados por Luis Carlos Villegas como presidente de la Junta Directiva y director ejecutivo de la Corporación Financiera de Occidente.
Ex-ministro de Comercio Exterior Morris Harf Meyer 
Mauricio Cárdenas Santamaría
La liquidación de la empresa le fue encargada a la doctora Beatriz Torres y ella descubrió que ni los Cárdenas Santamaría, ni el señor Harf, ni los Piraquive pagaron sus obligaciones a la corporación o no los tuvieron que pagar, tal vez con la complicidad de los directivos del banco, esa plata se perdió.
La liquidadora Beatriz Torres se comprometió públicamente a llevar el caso hasta las últimas consecuencias, pero esas intensiones de una persona honesta y valiente fueron truncadas cuando en diciembre de 2001 fue vilmente asesinada por sicarios frente a su hija en una calle de Pereira, desde entonces, un silencio sepulcral cubre esos dos horribles delitos y los protagonistas y las autoridades arrastran el karma de lo que nunca ha querido ser explicado, como muchos crímenes en Colombia.
La doctora Beatriz Torres perdió su vida, la corporación Financiera de Occidente perdió su plata, y la sociedad quedó nuevamente marcada.
Cuando uno ve que la impunidad y la corrupción se complementan para crear el prestigio de quienes ocultan la verdad es cuando se enardecen los ánimos.
Pregunta el periodista “al señor ministrico Villegas si por casualidad recuerda ese proceso de liquidación y cómo permitió que quienes debían prestamos a la corporación Financiera de Occidente se fueran sin pagarlos, ¿hubo comisiones envueltas en esa huida de responsabilidades?. No puede pretender ser ahora el escribiente de nuestra historia sin que los ciudadanos de este pueblito con aeropuertico, como usted llama a Pereira, exigen respuestas a estas dudas, tampoco puede exigir confianza en sus oficios para llevarse el batallón San Mateo a un predio cerca a su finca en la Virginia.”
“Solo cuando rompa su silencio sobre los acontecimientos del 2001 y la liquidación de la Corporación Financiera de Occidente, los pereiranos vamos a poder recordar lo poco que usted ha hecho por nuestra ciudad sin que nos de vergüenza. Esta es mi opinión, ¿cual es la suya.?”
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