PROBABILIDADES DE CRISIS CONVERGENTE

Crisis argentina

El hecho de que se acerquen elecciones presidenciales en Argentina, una nación que parece ya haber probado todas las posibilidades aplicables de las políticas neoliberales sin éxito y el hecho de que parezca inminente una salida sin acuerdo previo de Inglaterra de la Comunidad Europea (Brexit), lo que podría desatar una crisis política con derivados económicos y financieros impredecibles, más las incertidumbres que introduce en el escenario internacional la guerra comercial sino-estadounidense, plantea un momento en las relaciones internacionales de difícil interpretación y de inquietante desenvolvimiento hacia el futuro inmediato.

Porque es probable en Argentina una corrida bancaria o una fuga de capitales acelerada, que dispare una situación política de ruptura, hacia una crisis financiera de alcance internacional. Por el peso propio de Argentina en el mercado mundial y por la elevadísima deuda internacional (e interna) de Argentina que ya superó el monto de su propio PBI. Ya sabemos el siniestro papel que jugaron en esta nación los apodados fondos buitre cuando hace menos de veinte años se ensañaron con ese país dejándolo ilíquido y semiquebrado. ¿Al no poder hacer frente el probable nuevo gobierno justicialista a tal escenario, a que se vería lanzada la población argentina? ¿Sería posible en la nación de San Martín, otro ciclo de manu militare con el desprestigio de ese estamento social después del fracaso de las Malvinas y el castigo público de sus líderes después de los horrores de los gobiernos militares? ¿Sería posible la apertura de una convulsión social con posibilidades de rupturas institucionales capaces de desbordar las capacidades de maniobra del establecimiento peronista-justicialista? Porque se trata de masas trabajadoras relativamente politizadas y con experiencia en la controversia social directa, fuera de que esa nación cuenta con estamentos intelectuales críticos parece que bien preparados en términos académicos. ¿Será probable que el nuevo establecimiento político, merced a medidas audaces de orden progresista, logre remontar el momento de crisis y reoriente el manejo del Estado hacia escenarios más de tipo social-demócrata? Pero si nos basamos en la experiencia reciente de Venezuela, ¿aguantaría el gobierno norteamericano tal giro de los acontecimientos en una nación que considera de su entorno propio? ¿Pero, qué tipo y cuales medidas son posibles en una nación que ya ha probado de todo? Y todas han mostrado ser insuficientes. Porque de esa magnitud es la crisis de la gran nación austral.

El desarrollo económico de Argentina e Inglaterra, podrían desencadenar el comienzo de una gran crisis económica mundial.

Fotos:Internet

En Inglaterra por su lado, los círculos aristocráticos neoconservadores que dirigen el Estado, en cabeza de su actual primer ministro, parecen confiar en que pueden superar cómodamente esa especie de salto al vacío que sería un Brexit sin acuerdo previo. Confían en la solidez relativa de un sistema empresarial en buenas condiciones frente a la competencia mundial, en un sistema financiero estable: todavía La City sigue siendo el lugar de residencia de las más grandes compañías financieras y de seguros del mundo. Su aparato productivo, piensan y tienen buenas razones para ello, podría hacer frente a las insufuciencias del abastecimiento causado por la desaparición de la protección aduanera que presupone la actual pertenencia a la comunidad europea. Sus procesos de investigación & desarrollo están entre los primeros del mundo, así que cuentan con envidiables capacidades de innovación. Ventajas relativas pues de primer nivel, inclusive recientes encuestas de fines de agosto, todavía daban al primer ministro Jonhson un buen margen de confianza de la población en su conducción de los asuntos públicos. ¿Pero qué tan duradera es la confianza de las masas en épocas de incertidumbre? Porque adentrarse en una experiencia de vastos alcances, sin antecedentes como la del Brexit, podría suponer la ruptura de un tejido socio-político radicalizado con altos niveles de politización social, clases trabajadoras de larga militancia laboral-sindical y partidos políticos de izquierda con anclaje social notable. Inglaterra ha sido y lo es, cuna de algunos de los mejores pensadores críticos en Ideas políticas y sociales. Experiencia, conocimiento y organizaciones alternativas parecen existir con solvencia en la actual Inglaterra. Condiciones pues no solo inquietantes para las clases dirigentes sino también para todos los estratos políticos y sociales de una nación que está entre las primeras potencias económicas del planeta.

Así pues, este comienzo de invierno en el hemisferio norte y de verano en hemisferio sur, podrían preludiar la apertura de un ciclo de convulsiones politico-sociales que se abrirían entonces hacia situaciones de rupturas institucionales en naciones, cuyos peso en el escenario internacional podría por su lado, constituir algo así como un proceso desencadenante de crisis políticas de alcance internacional con derivaciones o unificaciones imprevisibles con horizontes que apenas podemos vislumbrar. Porque se trata de naciones de economía de mercado donde la propiedad privada del gran capital impone sus reglas hace mucho tiempo. Donde hay congruencia y posible interrelación orgánica de grandes capitales financieros de esas dos naciones y comunidades de intereses de sus clases dirigentes. Así pues, un factor aparentemente casual, podría desencadenar un período de inestabilidad estructural con alcance mundial, que por tal razón precisamente, se conjugaría en una especie de proceso crítico mundial. No unificado necesariamente, pero si conjugado, lo que es una variación en una inquietante unidad. Y es esa posible unidad lo que más llama la atención en una situación mundial de por sí, ya en extremo inestable y cargada de incertidumbre.

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