En un mundo tecnológico virtualizado, fortalecido por la pandemia, pululan hoy portales “noticiosos” y redes sociales con mensajes redundantes, donde resulta difícil detectar la falsedad y el intento de manipulación con que se envían, si no se está preparado para digerirla racionalmente esta información fácilmente hace caer en el engaño.
Las noticias falsas y la manipulación con esta información malévola, tiene la capacidad de crear un pegamento social aglutinando mucha gente alrededor de una idea o de un seudo-líder, con resultados parecidos al de las sectas, creando una burbuja mental que en muchas ocasiones difícilmente son capaces de salir y generalmente su tendencia se enruta al fascismo y nunca hacia un sentido crítico y menos a un debate público, a un debate político.
Debemos pues, tener cuidado con lo que nos dicen los grandes medios sean de donde sean, los tradicionalmente hegemónicos como CNN, BBC, Caracol, RCN etc. o los creados “recientes” como RT, Telesur, Hispantv y otros, porque son patrocinados por gobiernos con intereses e ideologías propias que difícilmente nos permiten diferenciar el periodismo ético con el publi-reportaje o los hechos alternativos de las mentiras mal intencionadas, pero teniendo cuidado de no caer en el escepticismo absoluto, que sería el otro extremo.
La desinformación, las Fake News o noticias falsas ha existido desde cuando se tomó conciencia de la influencia ejercida sobre la opinión pública, hoy difundidas con una celeridad inaudita a través de tecnologías digitales como Twitter, Google o Facebook. Una vez divulgada estratégicamente la matriz mediática, los grandes medios no desmienten o corrigen las noticias falsas publicadas por ellos mismos, pues de hacerlo así, las personas se van blindando poco a poco ante estas falsedades y podrían elevar su pensamiento al sentido crítico, poco conveniente para las élites.
INFORMACION FALSA ES: “Toda aquella información fabricada y publicada deliberadamente para engañar e inducir a terceros a creer falsedades o poner en duda hechos verificables”.
Red de periodismo Ético
El fin de toda esta desinformación en la manipulación tanto de los jóvenes mediante ideales infundados o a los mayores con argumentos más racionales mediante la estrategia de mantener las personas frente a los dispositivos el mayor tiempo posible y vender su atención para luego vendérselas a sí mismos. Un caso emblemático es el juego de Charlie Charlie que resultó siendo una estrategia publicitaria pero que impactó el mundo entero.
Es muy complicado desarrollar un sentido crítico en las masas porque al final lo que las grandes corporaciones de comunicación buscan es crear una identidad en la creación de unos estereotipos, unos moldes ideológicos, políticos, culturales para imponer ese pensamiento en la mayoría social.
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- Pero lo terrible está por venir, además de las Fake News, algo más tenebroso se ha desarrollado con un algoritmo basado en inteligencia artificial llamado Deepfakes donde la realidad es secuestrada para mostrar videos falsos, donde se remplaza la cara de una persona por otra, difícil de identificar la falsa, lo que significa una amenaza total para la democracia, empresas o quien este en el camino. Usado por ahora en videos cómicos (Nicolas Cage) y de porno suplantando figuras célebres como Gal Gadot, (la mujer maravilla), Emma Watson, Maisie Williams. Ya no se necesita a Hollywood para realizar películas falsas y poder justificar una guerra como sucedió con Libia.
El deber es pues, mantener nuestro sentido crítico (situación poco fácil debido a la idiosincrasia colombiana), ser contundentes en combatir esas noticias falsas, especialmente de nuestros gobiernos y los gobiernos mundiales porque afectan en parte o a toda la humanidad según sea el caso.
PODEMOS CONCLUIR
- Todo ciudadano tiene la obligación de asumir una posición intelectual dialéctica ante la avalancha de mensajes falsos.
- Dudar de todo, no le crea a ninguno de los medios de comunicación, no le crea a ningún programa, hay que cuestionar y reflexionar
- Encontrar la forma para reducir drásticamente el volumen de esta seudo-información apostándole a los poderes públicos como garantes sobre lo que es una información de calidad
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